“Vista, oído, gusto, tacto y olfato”. Así lo repetíamos desde pequeños para acordarnos de los 5 sentidos que luego nos preguntarían para aprobar el examen.
Sir Charles Bell, fisiólogo y anatomista escocés, en un artículo para la Royal Society en 1826 habla por primera vez del sexto sentido: “el sentido muscular”, que varios años después sería secundado por Charles Scott Sherrington, médico neurofisiólogo británico, quien acuñó en 1907 el término de propiocepción por primera vez, demostrando la existencia de unos receptores específicos a nivel musculo-articular para dicha función: los propioceptores.
El origen de la palabra propiocepción proviene del latín propius (“de uno mismo” / “propio”) y capio (coger) o capere (“tomar, obtener”). Gracias a ello podríamos definirla como la consciencia del estado mecánico y espacial de nuestro cuerpo y sus partes musculoesqueléticas.
Esta “captación consciente e inconsciente de tu propia posición corporal” es compleja y multifacética, siendo fundamental para el aprendizaje, planificación, ejecución y corrección de diferentes acciones motrices.
Además, tras un pico máximo en la edad joven adulta, tiende a perderse con el paso de los años, al igual que sufre un gran descenso en el desarrollo de diferentes cuadros clínicos como pueden ser los accidentes cerebrovasculares, ataxias, enfermedad de Parkinson o cualquier lesión deportiva (ej. Esguince de tobillo o rodilla) entre otros.
El trabajo de la propiocepción, ya sea por medio de planos inestables, pelotas, colchonetas u otros materiales, no solo es básico en la resolución y consecución de los objetivos planteados para cualquiera de todas las lesiones o cuadros previamente presentados, sino que también sirve como medio preventivo a nuevas recaídas o reagudización de los síntomas.
Entonces… ¿son seis los sentidos en vez de cinco? En este caso la respuesta a la cuestión se complica un poco, ya que si solo ponemos el foco en aquellos sentidos exteroceptivos, es decir, aquellos que permiten percibir todo lo que ocurre “en el exterior” de nuestro cuerpo, seguiríamos contando con los cinco sentidos “clásicos”, pero si el enfoque también incluye aquellos sentidos que permiten percibir todo lo que ocurre “en el interior” de nuestro cuerpo (interoceptivos) la propiocepción tiene todo su derecho a formar parte de ese selecto grupo, por lo que la respuesta sería 6 y suspenderíamos el examen.
Bibliografía consultada:
- – Moon KM, Kim J, Seong Y, Suh BC, Kang K, Choe HK, Kim K. Proprioception, the regulator of motor function. BMB Rep. 2021 Aug;54(8):393-402.
- – Héroux ME, Butler AA, Robertson LS, Fisher G, Gandevia SC. Proprioception: a new look at an old concept. J Appl Physiol (1985). 2022 Mar 1;132(3):811-814.
- – Shadrach JL, Gomez-Frittelli J, Kaltschmidt JA. Proprioception revisited: where do we stand? Curr Opin Physiol. 2021 Jun;21:23-28.
- – Suetterlin KJ, Sayer AA. Proprioception: where are we now? A commentary on clinical assessment, changes across the life course, functional implications and future interventions. Age Ageing. 2014 May;43(3):313- 318.
- – Jahn K, Krewer C. Propriozeption – Der „sechste Sinn“ und seine Störungen [Proprioception – The Sixth Sense And Its Disorders]. Dtsch Med Wochenschr. 2020 Dec;145(25):1855-1860.
- – Cole, Jonathan. Charles Bell’s ‘sixth sense’. His deductions on movement and position sense. Physiology News. 2018 April:110:32-35.
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